La familia con un hijo con TDAH es inconcebible que no se implique en los procesos de desarrollo por los que atraviesa y atravesará su hijo a lo largo del desarrollo evolutivo que afecta a cualquier ser humano. Desde el principio con el desarrollo psicomotor, pasando por la adquisición de los procesos cognitivos básicos, la comunicación y el lenguaje, hasta llegar al desarrollo social e íntegro de la personalidad. Sin embargo es cierto que en su caso va a tener que ser asesorada, comprendida y guiada por los profesionales y expertos en este trastorno y sus manifestaciones.
La institución educativa cobra especial relevancia a lo largo de la vida de un niño. Por ello en este caso es imprescindible que la familia esté estrechamente ligada a ésta y colabore en todo lo referente a las pautas educativas a seguir, para extraer el máximo logro académico y desarrollo de las potencialidades del niño con TDAH.
Las actividades de ocio y tiempo libre, el juego de los más pequeños, la actividad físico-deportiva. Todos ellos son componentes del posible éxito y mejoría del niño que padece este trastorno. La familia en este sentido ha de realizar el esfuerzo y encontrar aquellas que mejor se adapten a las características del niño.
Por último los amigos y el grupo de iguales, los hermanos si los hay, son seres con los que hay que contar y respetar, haciendo ver la familia al niño con TDAH la importancia que tienen los valores de la empatia y las habilidades sociales para llevarnos bien y sentirnos queridos y valorados.
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